Tomado del editorial del CoLatino
Mariano Ramírez
El año electoral ha comenzado con una certidumbre insoslayable a la hora de interpretar el proceso que lleva a la renovación de todas las autoridades electivas del país: una considerable ventaja de la oposición sobre el oficialismo en punto a la intención de voto, tanto para las elecciones próximas del 18 de este mes, como para las presidenciales del 15 de marzo.
En verdad, habría que decir que el año que se fue estuvo signado por esa predominancia del FMLN y, en especial, por la novedad que ha significado la irrupción de Mauricio Funes en el panorama político salvadoreño. Esta novedad ha sido un factor esencial del presente período proselitista y del momento político de El Salvador.
Podría afirmarse que en este sentido, Funes marca un antes y un después. Menuda responsabilidad cae sobre las espaldas del ex periodista, que supo abrirse un lugar en los hogares salvadoreños gracias a su concepción moderna del funcionamiento de las instituciones democráticas –entre ellas la libertad de expresión- y a su independencia de los poderes de turno y su valentía para enfrentarlos. Esos antecedentes no son traídos aquí como meros elogios a un candidato.
Tienen que ver con esa renovación de la política institucional del país que la población salvadoreña ha percibido que este hombre encarna. En síntesis: el desempeño proselitista exitoso de Funes, que se manifiesta en la intención de voto que miden todas las encuestas, es una continuidad de su labor televisiva y todo ello expresa el cambio que un pueblo sufrido y desesperanzado esperaba.
Funes puede ser, pues, la bisagra entre el período posguerra y una nueva etapa, signada por la amplitud de las libertades, la apertura al mundo y el comienzo de políticas económicas y sociales destinadas al mejoramiento de la existencia de millones de salvadoreños. Esa es la responsabilidad que Funes y el FMLN deberán asumir si –como todo lo indica- reciben el favor de las mayorías. En síntesis: superar el atraso.
La pregunta que he escuchado de boca de periodistas y analistas políticos es: ¿Qué factor puede torcer este destino de alternancia en el poder? Dos respuestas surgen de esas mismas bocas: errores propios del FMLN; que el frente opositor se tire tierra encima. No es descabellado pensarlo, pues suele darse eso de que una persona o institución “al triunfar, fracasan”. Llegan victoriosos hasta la víspera y el terror al triunfo se apodera de ellos y los llevan al error. El otro factor –más posible y peligroso, a la vez- es que algún sector arenero desesperado (que lo hay) intente jugar verdaderamente sucio.
Si cumplir el rol de bisagra de la historia es la responsabilidad, pues, de Funes y el FMLN, el de Arena no es otro que el de actuar con total responsabilidad para mostrar que es, ciertamente, un partido de la democracia. Ser democrático no se demuestra en el triunfo, sino en la derrota, afirma el politólogo francés de la escuela vicentina Georges Hortëses.
Arena ha ganado todas las elecciones presidenciales y, por primera vez, enfrenta la seria posibilidad de perder. ¿Estará a la altura de las circunstancias? ¿Facilitará la transición, en un momento de durísima crisis económica y social que ha contribuido a crear (eso implica admitir errores)? ¿Será capaz de actuar como partido de la oposición?
Todos estos interrogantes aparecen en las conversaciones de estos días, con un ingrediente altamente inquietante y atemorizador: hay areneros capaces de generar un clima de fuerte violencia para evitar, a toda costa, la derrota. Las versiones que circulan son muy preocupantes y uno desea que no sean otra cosa que delirios febriles de gente irresponsable. Señalan que se cometerían atentados contra propios candidatos de Arena para luego echar la culpa al FMLN y así abrir el cauce del caos y hasta de un posible intento de golpe militar que interrumpa el proceso democrático. Es tan grave este rumor que uno apenas se anima a menearlo.
El año comenzó con un incierto atentado contra una casa del candidato arenero Norman Quijano, en San Salvador; siguió luego con un confuso episodio en el que agentes de la policía se implicaron en un enfrentamiento entre militantes areneros y efemelenistas, que terminó con algunos detenidos.
Luego militantes de Arena y de CD se fueron a las manos y la gran prensa amplifica todos esos actos con portadas y grandes despliegues que exageran la nota violenta de esos acontecimientos, en comparación con otros hechos violentísimos que sacuden a la gente día a día. Pero no es cuestión de responsabilizar a la prensa, sino de ver si en esos hechos y su difusión no está en germen alguna aventura loca y violenta de ese sector arenero que muestra desesperación y la expresa en la campaña sucia.
De modo que para Arena se trata de evitar la gran tentación totalitaria, que tanto le complace achacar a su archirrival y que ejerce, a veces, sin pudor; y, al mismo tiempo, de dar muestras contundentes de que está unida y atada indisolublemente al cauce democrático y dispuesta a aceptar la voz de los que sólo se expresan cada cinco años a través del voto.
Claro, Arena no es el partido compacto que supo ser. Hoy se advierten en su seno sectores de comportamiento diverso ante la realidad actual. Están quienes piensan que un gobierno del FMLN no es el fin del mundo ni del país y, más aún, creen que ya es saludable una renovación en el poder.
Están, luego, quienes ya tienden puentes con sus adversarios, en el entendimiento de que es preciso preservar un clima de paz y tranquilidad para enfrentar los problemas del país. Están, al mismo tiempo, quienes buscan cobijo bajo techo efemelenista, acostumbrados como están a “vivir del Estado”.
Y están, por fin, quienes creen que “un gobierno rojo” es un peligro real – y como el fin justifica los medios- estarían dispuestos a operaciones violentas y desestabilizadoras. Por último, un sector del gobierno que expresan el propio Presidente y su canciller no están dando muestras de la ecuanimidad y responsabilidad que el proceso electoral exigen. Se mueven con palabras ligeras, expresiones inconvenientes que empequeñecen sus figuras y dañan la imagen de los cargos que ejercen.
Son especulaciones, evidentemente, en torno de conductas que se pueden observar y que sustentan la convicción de que Arena está dividida en su interior y que el país puede contar con muchos areneros patriotas y dispuestos a colaborar con el proceso de cambio que el país necesita y debe evitar que se manifiesten quienes no escuchan razones de ningún tipo.
Los acontecimientos próximos dirán si aquellos feos rumores a que se hizo alusión más arriba eran nada más que comentarios maliciosos o si, en efecto, están operando en las sombras pequeños grupos fanáticos, amantes del totalitarismo y de la violencia.
El Salvador merece que su proceso electoral sea transparente, pacífico y sea el partero de una nueva era de paz y progreso.
miércoles, 7 de enero de 2009
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4 comentarios :
Es un articulo muy interesante, Dagoberto Gutiérrez en una entrevista hace unos días por TV hablaba de como ciertos grupos enquistados en el poder podrían tener la tentación de perpetuarse en el mismo, mientras que la derecha económica ya empezaba a ceder y admitir que habían perdido, la derecha política se niega a entregar su campo de juego. Esto es preocupante, dado que nos llevaría eventualmente a una segunda guerra civil, Dios quiera que los dirigentes de ARENA y el presidente Saca tengan una chispa de sensatez y los lleve a admitir su derrota electoral.
Precisamente JorgeZ, el punto es si gana Mauricio Funes, ¿la derecha va a respetar la constitución?
¿Va a respetar el gane?
Eso es lo que debemos buscar que suceda.
Los de ultraderecha, que hay varios enquistados en Arena, son capaces de todo, hasta de matar.
Bueno pues hablar de una Segunda Guerra Civil Salvadorena seria algo muy grave... Aunque no seria tan precipitado decirlo, ya que algunas figuras publicas temen opinar de ciertos "individuos de gran poder" frente a las camaras... Te recordas del secuestro que sufrio el presidente del aquel entonces TV DOCE? Cuando a el lo liberaron no quizo decir ni media palabra. Expropiaron sus tierras en el boqueron y si no me equivoco tuvo que abandonar el pais...
Me asombra como intentan de disfrazar que la violencia nace del FMLN en este spot. Para nadie es un secreto de que la caracteristica principal de su partido rojo es la violencia como medida de presion y d expresion.
Ahora por otra parte en el spot lei que hasta mencionan un atentado en contra de los candidatos ARENEROS pero que sea un atentado del mismo partido es una difamacion muy grave pero si lo vemos como un atentado del FMLN es muy creible.
Me parece extraño que lleguen a inventar tales cosas, pero por otra parte personalmente he escuchado comentarios similares del FMLN que si son creibles.
Pues hace algunas semanas fui a San Martin a visitar a mis familiares, sali con mi cuñado al centro de San Martin por la tarde y habia propaganda del FMLN en uno de esos carros pequeños tipo panel, nos sentamos en un comedor y el un señor que estaba en la mesa de al lado nos dice: hoy si se han puesto las pilas en la campaña los del FMLN pero lastima lo que le va a pasar a Funes, asombado le pregunte ¿porque? y el me contesto que si Funes ganaba no iba a disfrutar de su periodo presidencial por tantos rozes que tiene con la dirigencia partidaria y me recalco que esa es la razon principal por la que eligieron a Sanchez Ceren como vicepresidente, expreso que si Funes no accedia a lo que proponia la dirigencia era posible que fuera asesinado y entonces asumiria el cargo el vicepresidente, le pregunte como y donde habia escuchado tales cosas y solamente me dijo que cerca de la alcaldia de San Martin.
Por eso mismo expreso que es mas probable qu eso suceda si ganase el FMLN y si Funes se opone a las disposiciones radicales de izquierda.
Por otra parte en ningun momento ha existido ni existira un totalitarismo ARENRO ya que en cada eleccion hay un candidato distinto, con propuestas difrentes, el hecho de que el FMLN haya perdido las elecciones durante tantos es decision del pueblo Salvadoreño.
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