Nota de Moro:
Cuando vi esta nota en el blog de Neto Rivas, pensé en las veces que Dios nos ha puesto algo parecido, quizá no con Joshua Bell, ni con Picasso, o con algún artista famoso, sino con nuestros hijos, nuestros seres queridos; en el camino a casa, un lindo arcoiris, una muestra de paz, de amor o de alegría.
Quizá por eso debemos poner un poco más de atención en la vida.
Joshua Bell, uno de los mejores músicos del mundo, se plantó en una estación del metro en Washington y comenzó a tocar su violín (valorado en 3.5 millones de dólares), en una fría mañana de enero. Durante los siguientes 45 minutos, interpretó seis obras de Bach ( las obras más complejas que han sido escritas).
Durante el mismo tiempo, se calcula que pasaron por esa estación algo más de mil personas, casi todas camino a sus trabajos.
Salvo algunas breves excepciones, nadie se detuvo a escucharlo. Quien más atención prestó fue un niño de 3 años. El violinista recaudó 32 dólares. Cuando terminó de tocar y se hizo silencio, nadie pareció advertirlo. No hubo aplausos, ni reconocimientos. Dos días antes llenó un auditorio en Boston donde la entrada promedio costaba 100 dolares!!!
La actuación de Joshua Bell de incógnito en el metro fue organizada por The Washington Post como parte de un experimento social sobre la percepción, el gusto y las prioridades de las personas. La consigna era: en un ambiente banal y a una hora inconveniente, ¿Percibimos la belleza? ¿Nos detenemos a apreciarla? ¿Reconocemos el talento en un contexto inesperado?
CONCLUSION: Si no tenemos un instante para detenernos a escuchar a uno de los mejores músicos interpretar la mejor música escrita, ¿qué otras cosas nos estaremos perdiendo?
Aquí les dejo el video del experimento, publicado en YouTube por el Washington Post
Tomado del Blog de Neto Rivas
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