jueves, 1 de enero de 2009

Algunos deseos para el 2009

Realmente mi primer deseo es alimentar la esperanza de que hay esperanza.

Un mundo sin esperanza, un mundo sin fe, es un mundo hueco; la esperanza es la brecha que nos separa de la muerte social. La esperanza es aquello que nos permite mantener viva la chispa de la alegría para nuestros hijos.

La esperanza es la que nos separa del desastre; es en la esperanza donde despertaremos a una realidad diferente, a una mejor. Si solo podemos elegir libremente, sin temores, sin elegir únicamente entre ser víctima o ser el victimario. Por eso la esperanza es mi primer deseos para el 2009.

El 2009 es un año tan especial, por razones personales, políticas y sociales no solo a nivel local, sino a nivel internacional. La elección de un demócrata en Estados Unidos no es la gran novedad, sin embargo, el elegido representa un cambio y el rompimiento de un mito social en la nación más poderosa de la tierra. Barak Obama es ahora, no solo el primer presidente negro, personalmente no veo diferencia entre blancos, negros, amarillos y mestizos; pero Obama representa el primer mestizo en la presidencia de los Estados Unidos. La selección que esta llevando a cabo, para su gabinete de gobierno es admirable.

Lamentablemente no creo que cambie mucho la política de los Estados Unidos hacía latinoamérica. Pero de aquí nace mi segundo deseo, y quizá más que deseo es una petición al nuevo presidente del gobierno norteamericano; por lo que mi segundo deseo sería:

Sr. Obama utilice la influencia y el poder de su gobierno, para que los gobiernos latinoaméricanos se ocupen un poco de sus propios pueblos, que generen dignidad interior, trabajo bien remunerado a través de climas comerciales respetuosos, capacitación de obreros, profesionales y más; para que mi gente, la gente que en su país llaman "ilegal allien", no tenga la necesidad de salir de nuestras fronteras, a violar las suyas; no con el afán de dañar, sino solamente de mitigar el hambre de nuestros niños y niñas, de nuestros ancianos, del resto de nuestra gente.

Sr. Obama utilice solo un poco de los recursos destinados a la guerra para nuestros pueblos, y que nosotros tengamos la oportunidad de aquel niño de Kenia, que hoy niños de El Salvador no tienen; me refiero a la oportunidad de Ser. Usted es, antes de tener, o hacer; usted y yo lo sabemos. Sr. Obama que los niños latinos tengan la oportunidad de ser felices, de ser Seres Realizados. Usted es el niño de Kenia, o de padre keniano, que es lo mismo, que tuvo la oportunidad de ser. No obligue por la fuerza, solo de amor a nuestros pueblos.


Utilice la influencia de su país, al que muchos admiramos por diferentes cosas, para que la admiración se convierta en respeto; no solo a su país, sino a los nuestros, a nuestros dirigentes y pueblos.

Mi tercer deseo es que en mi país, la gente despierte y se de cuenta que la democracia es uno de los instrumentos más bellos que podemos tener; que es una herramienta casi divina para mejorar o hacer lo que otros dejaron pendiente. Mi gran deseo para El Salvador es que mi pueblo vote en estas elecciones y en cada una de las venideras; y que cada vez que algo no le guste, utilice esa, la única arma que deberíamos utilizar, el voto; para cambiar lo que se debe.

Mi deseo es que en El Salvador llegue el cambio y la esperanza.

El resto deseos son privados, algunos quizá más fumados que estos, otros más realizables, pero sobre todo, deseo que mi gente, los salvadoreños seamos felices.

Feliz 2009, otra vez.

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