El trabajo me ha traído estos días hasta Tijuana, Baja California en México.
Cansado, un poco mal de los ojales, digo por el uso excesivo de los lentes de contacto, y ya en el cuarto de hotel, sigo pensando en El Salvador. En la situación de mi querda patria. He tratado de seguir de cerca las noticias y los blogs, no siempre es tan fácil.
Sin embargo a la hora de la comida estaba con una mexicana que me decía que era fabuloso que al fín hubieran elegido un arzobispo de la línea de Monseñor Romero. Cuando le pregunte por que, me respondió que su discurso, homilia, fue impactante.
Lamentablemene no la escuche. Pero tengo la duda grande si realmente el nuevo arzobispo será la voz de los sin voz. Será un defensor de llos más necesitados y si realmente representará al pueblo salvadoreño, al pueblo de Dios.
Me gustaría escuchar, o leer opiniones al respecto. Hace mucho tiempo me declare ateo del dios de la religión y al mismo tiempo me definí como hijo amado de Dios, creo en Dios, pero no en la religión. La religión no es mi camino, puede ser que sea el de todos los demás, pero no el mío. eso no quiere decir que la irrespete y que no reconozca el poder político y social que representa; y quizá de allí venga, entre otros, mi alejamiento.
Siento que como dicen los de Tehuacán, que iglesia que no denuncia, solapa y es hasta cómplice, pero como pedirle que diga esta boca es mía. No lo sé.
Ojalá y el nuevo obispo retome como suyo el amor al pueblo.
Hay que darle el beneficio de la duda.
miércoles, 18 de febrero de 2009
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1 comentarios :
Eso se vera en el camino, lastima que nuestro pueblo no aprende, las escuelas, colegios universidades lo que hacen es adormecer la mente de los jovenes sin enseñarles a pensar, ni a tener criterio propio. Hay que darle el beneficio de la duda al Arzobispo pero creo que las instituciones estan tan corruptas que ya ni en la iglesia se puede creer, ya que a los sacerdotes que buscan el bien del pueblo los marginas o los mantienen en un "puesto" donde no pueda "dañar" con sus palabras a los poderosos, palabras que dichas en el momento oportuno pueden hacer despertar al pueblo, tal como lo hacia Monseñor Romero.
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