Una particularidad que tiene la actual campaña electoral, es que por primera vez, los medios de comunicación tradicionales han perdido el monopolio

Una particularidad que tiene la actual campaña electoral, es que por primera vez, los medios de comunicación tradicionales han perdido el monopolio de la información y un importante segmento de la población no depende exclusivamente del material que éstos presentan como noticia y por extensión (así se cree) la verdad.

Asimismo, por primera vez, estos medios tradicionales de información se han plegado abiertamente a apoyar un partido político, traicionando los principios éticos que rigen la práctica periodística. La noticia ya no se diferencia de la posición editorial y de la opinión personal de los editores.

No sé quién va a ganar la presidencia, pero lo que sí creo, es que los perdedores serán estos mismos medios, que por décadas han moldeado la opinión del público, poniendo en la conciencia del lector la visión del país que añoran, no necesariamente lo más justo. Perderán (o, ya perdieron) credibilidad.

El nuevo actor en esta campaña ha sido la internet, que ha surgido como una competencia apabullante contra los medios de comunicación tradicionales. El volumen del material informativo es muy superior al presentado por la prensa local y lo hacen personas particulares, sin títulos universitarios y sin ninguna formación académica. Esto es visto como un problema ético, ¿pero quién los puede acusar de antiéticos?

Los blogs o bitácoras, se han convertido en el campo de batalla ideológico de la presente campaña. Muchos lectores no se conforman con leer el Diario de Hoy, La Prensa Gráfica o mirar los canales de la Telecorporación Salvadoreña (TCS), para informarse de lo que ocurre en el país: siempre buscan la otra versión, ya que estos medios no la llevan o la presentan de forma sesgada.

La versión del “otro” es importante para formarse bien una idea de lo que ocurre. Es en esta búsqueda de información adicional que los medios tradicionales pierden la credibilidad, porque el lector encuentra que hay un mar de hechos que no se le presentó, se le ocultó o se le distorsionó.

A los blogueros no se les puede exigir principios éticos como ocurre con los medios tradicionales, primero, porque éstos no son pagados para llevar información al lector. La prensa escrita en especial, tiene una deuda grande con el lector, pues éste paga cada mañana por el diario y se esperaría que por esa plata que desembolsa, el medio le retribuirá con información imparcial y verdadera, abordada desde todos los ángulos posibles.

Es por eso el surgimiento de tantos blogs en los meses recientes, el lector, cansado de no ser escuchado o de ver que las cosas no se dicen como son, opta por colgar su blog en la internet y la calidad del material presentado depende mucho de la cantidad de bilis en el hígado, su formación intelectual y sus principios éticos. A ésta gente casi no se le puede exigir nada.

Así como van las cosas, creo que en pocos años, la internet sustituirá a los medios tradicionales como fuente exclusiva de información. Lo mejor que podrían hacer éstos, es cautivar al lector y no decepcionarlo como en la actualidad ocurre. Es una miopía empresarial increíble: si antes la gente debía conformase con la prensa o el diario, ahora tiene cientos de lugares donde ir sin levantarse de su asiento, y sin tener que sacar los 50 centavos del bolsillo.

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