jueves, 24 de julio de 2008

No me aguanto ni a mi mismo.

No sé quien más lo dice, pero al menos yo en más de una ocasión me la he dicho. No me aguanto pero ni a mí mismo. Eso no tiene nada de raro, creo y espero que más de una persona diferente lo haya dicho. Es más hasta espero que no tenga nada de raro. Porque si no, quién sabe si soy de atar.

Pero más allá, de la locura, esta frase tiene un componente profundo en el fondo de ella misma.
¿Quién no aguanta a quién?, es decir, yo no me aguanto a mí mismo. ¿Eso es así?, Creo que la frase correcta es esa. Pero eso implica dos o tres cosas que hasta me asustaron, al analizar un poco más las mismas.

Si, por que yo, es un sujeto, un ser, un ente, y “a mi mismo” es otro. Yo, primer sujeto, no aguanta a “mi mismo”, segundo sujeto. Entonces ¿quiere decir que estoy compuesto por dos seres? O ¿por uno solo? Y entonces comienzo a recordar, es más a darme cuenta del dialogo interno que existe en mi cabeza. No sé, pero yo, al menos yo, siempre tengo un dialogo interno en mi cabeza, que hice, que haré, como me saldrá mi plan A, o si debo implementar el plan B. Que si me quieren, comienzo a hacer diferentes escenarios en mi cabeza. O a recordar el pasado, y componerlo, o hilvanar ideas para corregirlo en mi mente, etc.

Es más, en algunas ocasiones comienzo a tener conversaciones conmigo mismo. Cosas, como hey no jodas, no hagas eso. O que bruto, cómo pudiste decir eso a esa chava. Pero por otro lado, cosas como, te felicito, hiciste un buen trabajo. Eso entonces ha reforzado mi creencia que hay dos o más en mí. Ya estoy como para que me encierren.

Pero creo que somos más que un cuerpo, somos seres de luz, espíritus si quieren llamarlos de otra manera. En un modo que está más allá de la forma, el tiempo y el espacio. Y que muchas veces, sino es que siempre, nos confunde con lo que verdaderamente somos. Nos confundimos con nuestro vehículo todo terreno, nuestro cuerpo. Y olvidamos que somos como la fuente que nos creó, como Dios, es decir a su imagen y semejanza, en nuestra verdadera esencia, en nuestro verdadero Ser.

Personalmente he tratado de observarme, después de esa alucinación de: “Yo estoy harto de mi mismo”. Y en muchos casos me ha funcionado, pues, encuentro paz en mi interior, al no juzgar mis acciones, sino que solo las observo, para luego mejorarlas, con una inteligencia diferente a la que está solo en la mente. Quizá sea superior, quizá solo sea sosiego, pero está en mi silencio interior. Y en el silencio, quizá, este mi Ser en el Ser superior.

Con esto digo, si somos el observador, o el observado o somos los dos. Pero ¿podemos ser los dos?, personalmente creo que no. Que somos uno solo, y ese es el observador de lo que hacemos. Más allá de la mente, más allá del cuerpo, está nuestra verdadera esencia. Nuestro verdadero Yo Soy. Ese observa, lo que nuestro juguete, el cuerpo hace. Y cuando consultamos con ese Ser Verdadero, accedemos a una inteligencia superior a la del cuerpo, a la de la mente, y a la del simple racionamiento. Pero también accedemos a la inspiración, a lo sublime, al arte que hay dentro de nosotros. Nuestra fuente de Ser, de Inspiración, está dentro de nosotros. Solo debemos observarnos para saber quien somos en realidad.

2 comentarios :

Anónimo dijo...

Eso lo dijo Eckhart Tolle verdad?
En lo personal pienso que sus escritos son interesantes (Especialmente "El Poder del Ahora") sin embargo creo que descuida un poco el hambre real y solo se concentra en el hambre espiritual. Recordemos que este tipo de informacion puede servir tambien para enagenar personas.
P.D: El nombre de tu blog nos hace sonreir a los salvadoreños en el exterior.
Gracias.

Manuel Vanegas.

vanegasgsa@hotmail.com

Unknown dijo...

Hola Manuel,

De hecho son palabras de Eckhart Tolle, y su libro El poder del Ahora, las que he tratado de salvadoreñizar.

Tienes mucha razón en lo de enagenar, pues así es como nacen muchas religiones, grupos y otros que solo enagenan y no contribuyen de verdad a la prosperidad y a la vida, pero creo que debemos saber administrarla. Para el hambre real.

Gracias por lo del nombre, espero tu visita siempre.

Saludos,
Moro