lunes, 14 de julio de 2008

La plática de Rodrigo Avila en el Cuzcatlán

Le llamo plática, pues considero que para ser discurso le falto mucho, pues fue carente de emotividad, no sé si de emos, pero la emotividad autentica, esa no estuvo presente. Quizá se atribuya a la gripe o bronquitis como él refería. Pero la emotividad falto también en el público. Percibí en los vídeos y en el audio un público sin brillo, no creo que todos tuvieran gripe o bronquitis, talvez alergia a las mentiras y a la falta de fe en su candidato.

Las palabras de Ávila, fueron, desde mi punto de vista, recuerdos estériles de líderes pasados, y tiempos de confrontación y odio, que trató de revivir y sacar provecho. Creo que los salvadoreños y los areneros están cansados de eso. Creo que lo le quedaba a Ávila es retomar el pasado, remembrar la confrontación para intentar pescar adeptos. Sin embargo creo que no pudo hacerlo.


En un principio, el video de Teledos, muestra una alocución desfasada de la realidad, orientada a un público como siempre partidista, no de nación. Más a los areneros que a los salvadoreños. Gente con cara de "Yo que hago aquí". "Esto esta aburrido". "Ya me quiero ir". Al menos esa es mi perspectiva desde aquí, en la distancia.

Ávila debió cambiar sus alegatos por mensajes verdaderos de unidad, que es lo que realmente necesita El Salvador. Eso de expulsemos a los enemigos de la libertad ya quedo atrás. Por esa presentación en el estadio, considero que la desventaja que lleva, crecerá en su contra.

Su llamado de vamos a ganar, repetitivo y aflictivo, es casi un grito desesperado de angustia y congoja, disfrazado en positivismo falso y autoengaño. Es más, ya ni de autoengaño, pues creo que está seguro que las elecciones serán desfavorables para él y su partido. Recuerden que la alternancia hace bien en cualquier país, no se sientan tan frustrados. Digo no.

Llama a los valores, al progreso, a la paz y a la libertad. En forma retrograda y poco efusiva, nuevamente ahogado.


Es casi una conmiseración cuando dice que quiere demostrar la fuerza de su campaña. Pues demostró la fuerza de la campaña publicitaria, del pollo campero regalado y los 25 dólares que muchos mencionan recibieron por asistir. Que sea cierto, eso es otro pisto. Pero bien, no creo que con el estadio se muestre la fuerza de una campaña política, más si con hechos, con propuestas y con preferencias electorales. Y entonces, ese candidato está lejos de allí.

En su proclama de separación de los salvadoreños, llamó a la oposición: Los reyes del engaño, los mismos de siempre, los que nunca cambian, los que tienen las mismas ideas de siempre. Describió bien, pero sombriamente a su partido Arena. Pues no salió de las mismas intenciones de cada campaña, el desprestigió, la confrontación; y resaltar el odio en lugar del amor. Hablo con perfecto conocimiento de causa. Sabe que Arena no ha cambiado y no cambiará, y que tampoco puede hacer nada por El Salvador.


Dice, “nadie puede esperar el cambio de los que nunca han cambiado”, y no recordó en ese momento que el pueblo ve a Arena como un partido que nunca ha cambiado, que no se renueva, y que no tiene la fuerza suficiente para seguir y sacar al país adelante, después de tantos años de mentir y despilfarrar recursos. Dice que quiere construir una nueva historia para El Salvador. Y yo me pregunto, ¿No le han sido suficiente 20 años para cambiarla? O quiere escribir una historia como la del PRI mexicano, que lleno de corrupción el país a través de más de 60 años en el poder. ¿Será eso lo que quiere? ¿Perpetuarse y perpetuar los vicios que han generado en El Salvador?

Las propuestas de Ávila, si es que se pueden considerar propuestas, fueron populistas y desesperadas. Becas, Flexibilidad Laboral para jóvenes, Cuidado Infantil, créditos para agricultores con tasas blandas. Aumento al Salario mínimo.

Y dijo, luchar contra la pobreza, como he luchado contra la delincuencia. Y por favor no, cambie no sea loco señor Ávila, si lucha contra la pobreza como contra las pandillas. Ups, no, ni lo quiera Dios, hacían donde más quiere maltratar El Salvador.

Entre otros habló de un país más justo; Ávila dice: Un país más justo es aquel donde cada salvadoreño pueda obtener el fruto de su esfuerzo. Pero porqué no lo han hecho en estos últimos 4 gobiernos areneros. Es decir en 20 largos años. ¿Por qué no lo ha hecho el partido que él representa? Por incapaces o por falta de voluntad, que escoge. O bueno por mentirosos y aprovechados.


Dice que hará un país donde el sistema de salud público, provea salud y medicinas suficientes; cuando en el Diario de Hoy sale la noticia que el ISSS no tiene medicinas, por las razones que sean , son responsabilidad de quien dirige el gobierno y contrata o delega las funciones en otros burócratas. Es decir, a Ávila se le olvida que los últimos 20 años ha estado su gobierno al frente de la pobreza y el sufrimiento económico y social de los salvadoreños. Por la ineficiencia y compadrazgo político que arruina la función pública.

Para terminar, la plática de Ávila insisto trato de ser populista y de pasar por alto que los últimos 20 años, Arena ha mantenido el poder, solo a favor de algunos. Es una plática muerta, sin un público que de corazón lo apoye. Es un estadio lleno, pero sin corazones presentes.

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