lunes, 7 de julio de 2008

Las Oportunidades

Cuentan que allá en el cafetal, La Tancho recibió la visita de un ángel, uno de esos cosos alados que dicen que son ángeles, aunque vaya usted a saber si la bendita mujer en la desesperación de la comida se sambutió un par de hongos alucinógenos, de esos que parecen tenquiques; de los que hay en Apaneca, Ataco y en Juayua. La onda es que jura y perjura que el dichoso ángel le dejo una señal bendita al curarle la mano cuica que tenía desde cipotia, bueno como marca de nación, no de república, de nacimiento pues.
La Tancho, había nacido con la mano quica, y nunca se la pudieron componer, pos faltaba el billete para mandarla a donde un doctorcito, de esos que son excelentes médicos, pero que funcionan solo si y solo si hay un buen pago de por medio. Aunque para hacer honor a la verdad, recuerdo a mi buen amigo el Dr. Arévalo, ese tipo aparte de ser buena persona, y un excelente médico, era de los que poco o nada se preocupaba por los honorarios a cobrar, primero era la salud del paciente y el bienestar. Luego la familia, una platicadita, un par de chistes, y si al caso y solo por último, el pago. Pero ese Dr. Arévalo no estaba en el tiempo de la Tancho.
El ángel además de la sanar la mano cuica, le prometió que tendría el chance, la oportunidad, de un futuro a todo dar, que sería bien cachimbon; según dicen las malas lenguas, este ser enviado por Dios, le dijo: Mira Tancho, el Colocho allá arriba me dijo que viniera hasta donde vos, y mira que llegar hasta estas fincas tan escondidas, no fue nada fácil. Aquel, el Colocho, me dijo: mira si es requeté fácil llegar, si una vez llegas a ese país, no hay pierde, rapidito vas a encontrar la Tancho. Yo creo que aquel andaba chupando, o algo por el estilo.
Y, la verdad Tancho, yo no sé qué te ha visto el Colocho, pero me pidió que te dijera que creyeras, que tengas fe, no en él, pero si en vos misma. Mira aparte de que tu futuro está lleno de chirilicas, y que todo saldrá bien en lo que hagas, te vas a conseguir un marido, de esos, casi un Brad Pitt, pero eso si mujer, le tenes que ser fiel a ese hombre, pues es enviado del cielo. Y si por si eso fuera poco, te vas a hacer famosa, todo el mundo te va respetar mujer.
Allá la abuela Nico cuenta que la Tancho se paso la vida esperando los milagros prometidos, al Brad Pitt, al súper futuro prometido, y ser famosa como la Britney, o la Angelina, pero bien, la pobre Tancho murió sola, pobre y para rematar virgen.
No había nada de que quejarse de la Tancho, no iba a misa, tampoco se confesaba, pero era una alma de Dios, sin embargo le tenía miedo hasta la sombra. Dicen los pícaros del pueblo, que el tal ángel, había sido el caporal que se la compuso, y que del gusto se le compuso la mano. Pero esas, esas son puras habladurías.
Cuando la Tancho llegó al cielo, salió San Pedro, y le dijo, la Lupe y sus muchachas no están, ahhh, perdón, ese es de otro cuento.
Vino San Pedro y le dijo, aja mujer, que ondas, que te trae por aquí; a lo que la Tancho le dijo, es que ando cortando flores, San Pedro, no se fijó.
El San Pedro un poco enchachimbado le dice, pero mujer, que no sabes con quien estás hablando; a lo que la Tancho le dijo, claro con usted, pero es que usted y su gente son unos refinos pajeros, puros cuentos, yo toda la vida me pase esperando las promesas de un tal Colocho.
A lo que San Pedro le dice, mujer más respeto para Jesús, más respeto mi niña; y la Tancho le dijo, pero si es que un ángel pajeroso llegó a decirme una sarta de mentiras cuando yo estaba cipota, y me dijo que iba de parte de un tal colocho.
San Pedro un poco intrigado le dice, permite mujer, permíteme. Y saca su blackberry y consulta en la base de datos celestial. Ah sí, así que este…, bueno. Pero y ¿por qué vienes tan molesta mujer?, dime que te prometió ese ángel, que ahora me reclamas.
Ah, si es que ustedes parecen políticos, por eso dicen que son mandados de Dios, algunos presidentes, y hasta le piden diezmo.
A lo que San Pedro se tiró la carcajada, y le dijo, ah que serás tonta, que te reunías en el taber…, no hombre, si ese pastor dejo el rebaño hace tiempo. Aunque está a tiempo de retomarlo. La Tancho le respondió, no San Pedro, si yo iba a la única y verdadera iglesia; a lo que San Pedro preguntó, ¿a cuál mijita?, ¿a cuál?, pues con tantas, ya no me acuerdo cual es. Pero al punto, al punto. ¿Cuáles son tus reclamos?
La Tancho ni presta ni perezosa le dijo, el ángel me prometió que mi futuro sería a todo dar, que estaría lleno de chirilicas, y me morí esperando.
A lo que San Pedro respondió, hija, no te prometió que estaría lleno de chirilicas, y tampoco que sería a todo dar; te prometió nuestro ángel, el enviado de amor, que tendrías la oportunidad de tener un futuro mejor, lleno de bendiciones.
A lo que la Tancho le dijo, allí esta, allí esta, vio lo que usted mismo me está diciendo.
Te lo puedo repetir, dijo San Pedro con voz de trueno.
La Tancho le contesto: me dieron paja allá abajo, y todavía usted me dice que vea lo que usted me está diciendo.
Si, le dice San Pedro con toda paciencia, la oportunidad la tuviste.
A ver cual, replicó la Tancho.
Recueras esa vez, que tus vecinas y amigas te dijeron que las pupusas que hacías en tu rancho eran las más ricas, que las deberías de vender, que pusieras tu propia pupuseria. Pues no, tú no hiciste caso; al rato llego la pupuseria Paty, y ya hasta exportan fíjate. Perdiste la oportunidad. Y luego, la venta de chilate, pero no, tampoco creíste. Y no pusiste tu chilateria. Pero luego, con la guerra, te acordas de que los de la ONUSAL llegaban a tu rancho a que les vendieras comida. Y tu prima la Sandra te neceaba que pusieran un comedor. No, nada que ver, ella solita lo puso. Y mira la casota que se hizo, sin necesidad de irse de mojarra, pal norte. Digo de mojada, ya el caliche se me esta pegando después de hablar tanto contigo.
Y con lo del marido parecido a Brad Pitt, te acordas del gringo que llegaba a cada rato a buscar frijol con “quesa”, y frescos de chan, vos que crees que era por los moscos en el fresco que llegaba, si todas tus vecinas te decían que al gringo se le caía la baba por vos. Pero nunca, mija, nunca tuviste el valor de aceptar las bendiciones que te mandamos.
En todas esas, estaban las oportunidades que se te mandaron a decir que tendrías, pero por tu miedo, tus temores y tu falta de fe en ti misma, no viste cada una de las bendiciones y las oportunidades amarradas en cada una de ellas.
La Tancho se sentía tan achicada que quería ser chucho para meter la cola entre las patas; pero en un arranque de valor, le dice, allí esta, la otra promesa, la de ser famosa y respetada, esa nunca llego.
Y San Pedro le dice, hija, mejor no hables, porque si te recuerdo que el día que las vecinas te llegaron a pedir ayuda para colaborar en la escuelita del cantón, por que eras la única que sabía leer y escribir, tú te negaste. ¿Lo recuerdas? Te acordas que en esa escuela, hicieron un reportaje a la maestra que caminaba 2 horas para ir a dar clases.
Los temores, los miedos, la falta de fe, te imposibilitaron salir adelante. Ves, que todas las oportunidades del mundo llegaron a ti, tal como el ángel te había dicho. Entonces si tú no las tomaste, entonces nunca fuiste la pupusera más rica de tu pueblo, ni te casaste que con el gringo y tampoco quisiste, nada, entonces, no te quejes, anda y regocíjate en el cielo, ya que en la tierra no quisiste hacerlo.
Ojalá y tus vecinas y vecinos en la tierra se den cuenta de que tienen una gran oportunidad cada día de realizar sus sueños y fantasías, pues aún están vivos allá abajo.

2 comentarios :

J R dijo...

Pues realmente esta tropicalizado, te felicito, me he recordado de muchas cosas del pasado, la ONUSAL, que ya no recordaba

Juan de Dios Bendito dijo...

JR.

Gracias, me alegro que te haya gustado.

Saludos,
Moro