Se abrieron senderos sin miedo ante tu belleza,
corrí desenfrenado hasta a tus brazos cansado
de estar solo; se volvió eterna la tierna luz
con tus ojos de miel color canela purpura…
Se terminó el frío con el calor de tu pecho,
y bella música de tu artífice corazón,
que me hace soñar con ángeles y querubines
sintiéndome como amo del universo eterno…
Ahora vivo como encantado jilguero cantor,
enamorado de tus besos, tu fragante amor,
reluciente luz que hace la luna por las noches…
sobre la tersa textura que cubre tu dermis,
sintiéndome amado sabiendo que tus caricias,
besos y duce mirada serán siempre míos…
Aristarco Azul
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