Díganos señores, que son
ustedes sin nuestro canto,
es seguro que les hacemos
recordar, sus tiempos de antaño,
muchos, muchos años atrás
se ríen de nuestras travesuras,
y cuando nos caemos les duele
más a ustedes y nosotros reímos,
entre lágrimas, que ustedes
dicen ser lágrimas de cocodrilo
y para calmarnos nos llevan
a cocodrilandia, capital de los sueños
que quitan el dolor entre risas,
que nos llenan de felicidad,
con los besos y abrazos de mamá…
Aristarco Azul
0 comentarios :
Publicar un comentario