“LA CAPITAL COCODRILANDIA”
POR: ARISTARCO AZUL
Mi madre dice que nosotros vivimos en la capital de cococdrilandia, ahí donde los sueños vuelan paseando desde el cielo, las nubes y la tierra, dice que los ángeles con sus alas celestiales salen de paseo por las noches, que vuelan tan rápido que muchas veces no los podemos ver bien, que comienzan a salir de las diez de la noche en adelante.
Cuando no tengo sueño, al asomarme por la ventana donde refleja la luz lunar, me quedo viendo el cielo, procurando no parpadear para ver si es cierto y verificar la rapidez de esos ángeles voladores, de los que cuenta mamá, cuando salió el primer ángel me sorprendió, lo vi tan grande, grande que venía directo a mí, me asuste de repente que parpadeé rápidamente, se asusto el gallo en las ramas del árbol que con su pecho erguido aplaudiendo con sus alas. Comenzó a cantar sin detenerse que hiso al sol levantarse, ya era el día siguiente y solo pude contar un ángel.
Le conté a mi madre y me dijo.
-Hijito de mi vida, ¡que sueño más hermoso! , ¡Tuviste la noche de ayer!
-Le dije que no fue un sueño, que era una realidad.
-¡que lindo mi cielo!, ¡serás un buen hombre!
- ¿por qué madre mía? Me dices eso con tanta seguridad.
-Y se quedo calladita y sus ojitos se le veían tan lindos junto a una sonrisa de sus labios tiernos, que me dio un beso en la frente y a su pecho me llevó con sus divinos brazos.
A la noche siguiente era miércoles de ceniza, me fui para la iglesia a confesarme con el señor sacerdote y me dio absolución, rece tres padres nuestros con tres avemarías,
Y llegó la noche siguiente, en mi frente llevaba la cruz de ceniza bendita, que había puesto el jefe de la iglesia, hice mi oración de costumbre y cerré mis dos parpados de mis ojitos, pero la luz de la luna obligó a mis parpados a abrirlos y la curiosidad me doblego, de nuevo fui a ver por la ventana principal, ya eran las once de la noche y ahora eran tres luceros ángeles, que venían directo a nuestra casa , quise gritar de alegría llenándome de esplendor que desprendían de todo su cuerpo tan blanquísimo y de nuevo el gallo con su canto y gritando más fuerte, cantaba y cantaba sin detenerse, pero esta vez, el sol traía miles de pájaros volando, que venían cantando desde el lejano oriente , me pareció verlos halando los rayos candentes o quizá venían enseñando el camino al sol reluciente, que siempre hacia embellecer a las flores, que las vestía de miles de clores, entre ellas rosas ,claveles, girasoles ,violetas ,jazmines, que bailaban al compas del viento, de un lado para el otro sintiéndose por todos los rincones de nuestro hermoso hogar; le volví a contar a mi madre y me dijo:
- Mi muchachito lindo ¡tu serás un gran poeta!, con lo que dices me convences como si fuera cierto todo lo que me cuentas.
- ¡Madre no es mentira! , ¡ellos han llegado bastante cerca de mí!
- Ven hijo mío, toma mis brazos, eres el rey de la casa te doy todo mi cariño mi amor y bendición.
- Ahora madre tengo mi corazón solo para ti y quiero que esta noche te quedes conmigo a dormir y verás que esos luceros que me cuentas vienen hacia mí.
- Esa noche, en ese día la madre sorprendida se quedó con su hijito del alma ante la ventana para contemplar y apagar la duda que la embargaba por ver y oír la seguridad de aquel infante niño; de hecho, llegó la noche como de costumbre y comenzaron las luciérnagas con su luz , a, alumbrar y los grillos a cantar, después de la oración, se sentaron junto a la ventana, a esperar a tan mencionados ángeles , el cielo comenzó a vestirse de estrellas por doquier, de repente comenzaron los luceros , ha, aparecer salían de repente y de repente se escondían, ya era media noche y la madre con su hijito sorprendidos que jamás sintieron frio, de tan alegres de ver la pista de baile en el cielo, de miles de bailarines que danzaban sin detenerse , esta vez se durmió el gallo, o, quizá se le olvido que tenía que cantar y al sol no salía o quizá se pusieron de acuerdo en tardarse más de la cuenta; aprovecho el niño para preguntar a su madre,
- madre mía, te pregunto ¿Por qué existen muchas estrellas en el cielo?
- porque Dios la ha creado así.
- ¿y todas son Ángeles, Arcángeles, Querubines y Serafines mamá?
- A demás tienen el alma pura, sin mancha alguna.
- ¿por eso todos los ángeles, son vestidos de blanco madre?
- Si hijo mío, porque ellos son intocables por nosotros los humanos
- ¿y no trabajan como tú?
- El trabajo de ellos es cuidar a la humanidad y de concedernos permiso de vivir aquí en esta tierra ,
- ¿Ellos comen madre?
- Solo Dios lo sabe hijo, de seguro tienen que comer para poder estar donde están.
- ¿Estás parpadeando madre?
- No mi niño,
- ¿ya viste que vienen hacia nosotros tres ángeles madre?
- Si mi niño.
- ¿ya viste que vienen marchando miles de golondrinas, y traen de la mano al sol?
- Las veo venir y vienen cantando.
- Ya va a cantar el gallo madre, ya verás
- En ese momento cantó el gallo fuertemente y el alba venia corriendo como desesperada o como si el sol la venia siguiendo o quizá huyendo de él, ya había amanecido, la madre tenía a su hijo en brazos y les alumbro por la ventana los luminosos rayos de l sol. El niño dijo a su madre
- Viste mamita, viste que no te mentía que era cierto lo que te decía de los ángeles. La madre beso en la frente a su niño y dijo
- Sigue durmiendo mi niño, sigue durmiendo. Que ya saldrá el cocodrilo a asolearse sobre las piedras del rio y de aquí le veremos cuando sobre él salten los sapos y las ranas y el río sucio corra más lleno, como de costumbre porque traerá las aguas del refugio ¡Mira… !, allá se le ve la cola ¿ya la viste ? – ¡haaaaa!, de verdad madre, allí estáaaa, ahora entiendo por que dices que vivimos en la capital de CO-CO-DRI-LAN-DIA … ¡Porque aquí hay co-co-dri-los !.
- ¡Porrrr- eesooo!...
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