Ceñido por la geografía,
así se cría el salvadoreño
Sonriente, amable y
algunas veces hijueputa
Soñando con la paz,
anhelando ser hermano lejano
Y en la lejanía, patria
mía, añoramos tu sabor a mar
La vista de cipotes
chorreados, de niñas panzonas
Que se venden como putas,
sin aún menstruar
Sazonadas con la
deshumanización de las penurias
Que se pasan entre
cafetales, maizales, cañaverales y la maquila
O canastos, libros y
cuentas por pagar que te obligan
A ser puta, marero,
ladrón, exiliado o peor aún conformista
Tierra mía, lejos de ti
estoy, ¿qué te hicimos?
Hoy quiero soñar, que ni
el hambre, ni las guerras, ni la miseria
Ni los políticos, Patria
Mía, te harán sucumbir
Te extraño, mi tierra guanaca, quiero ver a tus hijos reír
Y olvidar las amenazas,
los robos, los muertos y el olor a velorio
Aquí en el desierto, en
esta tierra lejana y hermosa que ve a mis hijos crecer
Soy testigo mudo y veo morir
compatriotas como cucarachas en las
alcantarillas de tierras lejanas
Unos congelados, otros
deshidratados, pero todos con un anhelo en sus almas
No olvidar de apoco el rostro de la madre que lejos se
hará anciana
Soñar con la novia, y de
pronto los primos y primas pasan a ser solo un recuerdo
Y nos quedamos entre
tamales y pupusas, velando el llanto de nuestro hermano
Que huye de las maras,
como cuando el ejército reclutaba
Que huye de la pobreza y
se refugia en el consumismo mentiroso
Allá en nuestra tierra
soñamos con Hollywood y un final de película
En la distancia nuestro
corazón no puede negar
Lo felices que éramos con sal
y una tortilla
Y que a tu lado tierra mía
queremos regresar
Esclavos modernos hoy
del dinero, de las oportunidades para nuestros hijos
Pensamos que valió la pena
dejar de sentir las caricias de la mano anciana
De nuestra madrecita
linda, que sueña con nuestro sueños hechos realidad
Y se conforma con una
llamada en la distancia, cargada con el impuesto de la nostalgia
Mi gente, valiente y
alegre;
Que se pasan en cafetos y maizales, lágrimas, risas y mareros
Crece día con día, un
guerrero de sangre noble
Valiente y alegre,
acostumbrado al dolor
Obligado a decir adiós, a
la tierra, a la amada,
De ver partir al hijo,
huyendo de la injusticia más que de la miseria
Condenado a olvidar los
canastos, a huir de mentiras ancestrales,
Te juro tierra mía, que un día, te
curarás de todos tus males
¿Qué te hemos hecho mi tierra
guanaca?
Hemos dejado que la juventud
fuera secuestrada por ignorantes
Que nuestras niñas fueran
vendidas como putas vírgenes
Y todavía nos peleamos por
izquierdas o derechas
Seguimos soñando con
correr libres
Como cuando sopla el
viento allá el cañaveral
Olvidamos los fieros
guerreros, orgullosamente salvadoreños que son mis paisanos.
Tierra mía sueño con vos, con tu luna con los rostros sonrientes
De hermanos y hermanas que quedaron allá
Y cuando vuelvo a pisarte, ya ahora me ven como extraño
Te amo patria mía, lejos de ti
Moro
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