lunes, 15 de septiembre de 2014

Mi Tierra Guanaca

Oprimido por la historia, entre tamales y pupusas,
Ceñido por la geografía, así se cría el salvadoreño
Sonriente, amable y algunas veces hijueputa
Soñando con la paz, anhelando ser hermano lejano

Y en la lejanía, patria mía, añoramos tu sabor a mar
La vista de cipotes chorreados, de niñas panzonas
Que se venden como putas, sin aún menstruar
Sazonadas con la deshumanización de las penurias

Que se pasan entre cafetales, maizales, cañaverales y la maquila
O canastos, libros y cuentas por pagar que te obligan
A ser puta, marero, ladrón, exiliado o peor aún conformista
Tierra mía, lejos de ti estoy, ¿qué te hicimos?

Hoy quiero soñar, que ni el hambre, ni las guerras, ni la miseria
Ni los políticos, Patria Mía, te harán sucumbir
Te extraño,  mi tierra guanaca,  quiero ver a tus hijos reír
Y olvidar las amenazas, los robos, los muertos y el olor a velorio

Aquí en el desierto, en esta tierra lejana y hermosa que ve a mis hijos crecer
Soy testigo mudo y veo morir compatriotas  como cucarachas en las alcantarillas de tierras lejanas
Unos congelados, otros deshidratados, pero todos con un anhelo en sus almas
No olvidar  de apoco el rostro de la madre que lejos se hará anciana

Soñar con la novia, y de pronto los primos y primas pasan a ser solo un recuerdo
Y nos quedamos entre tamales y pupusas, velando el llanto de nuestro hermano
Que huye de las maras, como cuando el ejército reclutaba
Que huye de la pobreza y se refugia en el consumismo mentiroso

Allá en nuestra tierra soñamos con Hollywood y un final de película
En la distancia nuestro corazón no puede negar
Lo felices que éramos con sal y una tortilla
Y que a tu lado tierra mía queremos regresar

Esclavos modernos hoy del dinero, de las oportunidades para nuestros hijos
Pensamos que valió la pena dejar de sentir las caricias de la mano anciana
De nuestra madrecita linda, que sueña con nuestro sueños hechos realidad
Y se conforma con una llamada en la distancia, cargada con el impuesto de la nostalgia

Mi gente, valiente y alegre; 
Que se pasan en  cafetos y maizales, lágrimas, risas y mareros
Crece día con día, un guerrero de sangre noble
Valiente y alegre, acostumbrado al dolor
Obligado a decir adiós, a la tierra, a la amada,

De ver partir al hijo, huyendo de la injusticia más que de la miseria
Condenado a olvidar los canastos, a huir de mentiras ancestrales,
Te juro tierra mía, que un día, te curarás de todos tus males

¿Qué te hemos hecho mi tierra guanaca?
Hemos dejado que la juventud fuera secuestrada por ignorantes
Que nuestras niñas fueran vendidas como putas vírgenes
Y todavía nos peleamos por izquierdas o derechas

Seguimos soñando con correr libres
Como cuando sopla el viento allá el cañaveral
Olvidamos los fieros guerreros, orgullosamente salvadoreños que son mis paisanos.
Tierra mía sueño con vos, con tu luna con los rostros sonrientes
De hermanos y hermanas que quedaron allá
Y cuando vuelvo a pisarte, ya ahora me ven como extraño

Te amo patria mía, lejos de ti

Moro

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