Marchando en las calles de la gran urbe
cantando una canción con amor,
por el amor de una simple moneda
con un bote vacío en el bolsillo...
Harapos mugrientos y una tristeza
con una hambruna atroz y una destreza
de dominar el estómago limpio
vacío y exasperado por comer...
A veces declamando a Alfredo Espino
anhelando la seda de esas manos
para sentir un tan solo cariño...
Ansiedad que lo confunde en las noches
en el palacio bajo el cielo azul
y puentes donde concilia su sueño...
En espera de una caricia y un beso
y ver los lindos ojitos de quien,
quien lo trajo a este mundo ingrato y cruel...
Aristarco Azul
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