Tengo en mi pecho y en mi alma
la sensación que anoche
cobijó mi cuerpo la ternura de tus brazos
Porque a lo lejos en el zarzal
silbaba el viento junto a la marea
que se oía como cristales rotos...
Y bajo las piedras del río
las canciones de las ranas
perdían el silencio nocturno
Oí a su vez un pálpito
sin perder paso alguno
y una tierna voz nacía del cielo
profesaba diciendo duerme mi tesoro...
Me he puesto en duda
y esta noche me haré el dormido
para comprobar que eras tú
madre mía bendita...
la sensación que anoche
cobijó mi cuerpo la ternura de tus brazos
Porque a lo lejos en el zarzal
silbaba el viento junto a la marea
que se oía como cristales rotos...
Y bajo las piedras del río
las canciones de las ranas
perdían el silencio nocturno
Oí a su vez un pálpito
sin perder paso alguno
y una tierna voz nacía del cielo
profesaba diciendo duerme mi tesoro...
Me he puesto en duda
y esta noche me haré el dormido
para comprobar que eras tú
madre mía bendita...
Aristarco Azul
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