lunes, 25 de abril de 2011

“ECO DE AMOR MATERNAL”, de Aristarco Azul

“ECO  DE  AMOR  MATERNAL”

En un aposento  se oyó
como diálogo perfecto
una fuerte voz varonil
que decía a cuatro horizontes
con los sentidos cruzados…
-Con mis locas esperanzas,
truncadas en este túnel
de la vida circundante,
me fui lleno de esperanzas, 
de encontrar placeres vanos
y manchado estoy por siempre
y para siempre,  ahora tengo
ansias y anhelos sutiles
que  al  verme tus lindos rubíes
tristes, pero alegres en verme
me palpita mi corazón
indulgente, acompañado
con  esta  alma ya vacía
al verte  te  veo  más linda,
amorosa, dulce ,santa
y divina,  como puedes
ver  mi cielo,  nubecillas
blancas  en esos ojitos
que ya no parpadean igual,
la fijeza del tiempo ha
madurado, tus pupilas,
y la historia se ha encargado
de tener tu  atisbo  lindo,
penetrante y delicado…
Aquí estoy como hijo pródigo,
con el deseo de tus brazos,
besos y cariños tiernos,
pidiendo con arrogancia,
que vuelvas a endulzar
mis oídos ensordecidos 
y con tu voz de soprano,
para dormir ya tranquilo,
quitándome este insomnio…
¡Gracias mi  amada!… ¡Dios
Sacrosanto!… - Así quedo
dormido en brazos de una mujer
de  pelo  blanquecino con
rayos  de plata, que la luna
desprende por las noches
espesas, que al despertar
el amanecer siguiente,
se escucharon  en las faldas
de volcanes, que estremecieron
el silencio mismo,  llegando
hasta las puertas del cielo 
su eco -¡Madre te amo!, ¡Te amo!,
¡Te amo!, ¡Madrecita linda!…
                            Aristarco Azul

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