martes, 26 de octubre de 2010

Justo entonces...

Justo entonces me doy cuenta que eres, Padre Creador, mi refugio, fortaleza y plaza fuerte, eres mi abundancia y mi paz; justo entonces sé que me muevo en ti y a través de ti, justo entonces sé que eres la vida en mí, y yo soy en ti, uno solo con la humanidad y la creación. Justo entonces me encuentro en casa, en tu casa, en mi casa esa que con amor me heredaste sin condición y llena de amor, de abundancia, de paz, llena de ti.


Justo entonces sé que eres el Amor que mueve montañas, que eres la brisa que acaricia mi rostro, y mi hermano, ese que piensa que se ha olvidado de ti.

Justo entonces me doy cuenta que eres la riqueza, que eres la felicidad, justo entonces comienzo a recordar que soy uno con tu gozo, con tu alegria, con tu amor.

Justo entonces sé que cuidas por igual de tus hijos y que esperas con un banquete servido a este tu hijo amado, como a cada uno de mis hermanos y hermanas que comparten conmigo este sueño, un sueño de separación.

Justo entonces sé que cuando te niego, tú sonries y me acaricias con amor, sé que cuando te niegan mis hermanos sonries y acaricias su rostro con amor, justo entonces me doy cuenta que eres uno conmigo y que me creaste a tu imagen y semejanza, justo entonces sé que soy perfecto en un sueño de imperfección.

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