Que estás en los Cielos...
Después de probar claramente que Dios es el Padre de los hombres, y que todos los hombres son hermanos, Jesús sigue explicando la naturaleza de Dios y describiendo los hechos fundamentales de la existencia.
Habiendo demostrado que Dios y el hombre son Padre e hijo. Él expone sus funciones respectivas en el sistema del universo. Explica que es propio de la naturaleza de Dios estar en los cielos, y del hombre estar en la Tierra, porque Dios es Causa y el hombre es manifestación. La expresión de una causa no puede ser la causa misma, y contra tal confusión debemos mantenemos en guardia. Aquí la palabra "cielos" —de acuerdo con la fraseología religiosa— significa Presencia de Dios. En términos metafísicos Dios es lo Absoluto,
porque su reino es el reino del Ser Puro e Incondicionado, de las ideas arquetipos. La palabra "Tierra" quiere decir manifestación, y es la función del hombre manifestar o expresar a Dios. En otras palabras. Dios es lo Infinito y la Causa Perfecta de todas las cosas; pero la Causa ha de ser expresada, y Dios se expresa a si mismo por medio del hombre. El destino del hombre es expresar a Dios por toda suerte de medios gloriosos y maravillosos. Vemos parte de esta expresión en lo que le rodea; primero su cuerpo, que es sólo la parte más íntima de su encamación; luego su casa, su trabajo, su recreación, en suma, su expresión completa. Expresar quiere decir hacer salir, sacar a la luz lo que ya existe implícitamente. Cada detalle o incidente de nuestra vida es la manifestación o expresión de algo que ya existe en el alma.
Tomado del Libro "El Sermon del Monte" de Emmet Fox
miércoles, 6 de octubre de 2010
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