jueves, 14 de agosto de 2008

Apostando por los niños de la calle

De mendigo a Premio Nobel de Medicina.
Cuántas veces hemos despreciado, menospreciado o simplemente dicho, pobre niño, como llegará a ser cuando este grande, un gran delincuente. Nunca nos tomamos la molestía de ver más allá, menos de brindar amor, atención, tiempo o algo que sea más valioso que la carga de las monedas que damos, solo por que somos buena gente, o para quitarnoslos de encima, o en último, para no sentirnos mal.

Una apuesta por los niños de la calle, que gano. Un hijo de Dios, que saco lo mejor de sí, desde dentro, sin olvidar al Padre, sin necesariamente llamarle Dios.



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