martes, 20 de abril de 2010

Iglesia Católica: Herida y Pecadora


El Papa Benedicto XVI reconoció ayer que la Iglesia Católica “está herida” y “es pecadora”, tras la crisis que ha envuelto a numerosos de sus sacerdotes en casos de abuso sexual contra menores.  Fuente: Diario de Juárez.


Lamento tanto escuchar esto, casi como los casos de abuso sexual de sacerdotes a menores, o de pastores, o de ministros religiosos de cualquier origen y tiempo. Lo lamento por que la iglesia no solo es la curia, ni el vaticano mismo que prefirió callar antes de proteger a los más débiles, a aquellos que no tienen nadie por ellos. A esos por los que según la iglesia, Jesús dio su vida.

Lamento que digan que la iglesia es pecadora, pues la iglesia son todos los que la conforman, por lo menos eso entiendo, y estoy seguro que muchos de mis amigos, católicos de corazón y con el amor de Dios en sí mismos, no son responsables de las atrocidades que ha cometido la dirigencia religiosa.

Hace poco hablaba con un amigo, ultra católico, y me decía, son cosas que se creen por fe; frase con la que puedo o no estar de acuerdo, pero reconozco en él, y en su familia a gente de bien, gente con un amor a Dios inmenso. Y no me parece justo que Benedicto XVI se lave las manos en toda la iglesia.

La iglesia no es pecadora, la dirigencia religiosa de la misma ha cometido delitos, omisiones y ofensas graves, y las siguen cometiendo. La soberbia y la avaricia, la lujuria de poder siguen envileciendo a aquellos que, deberían, orientan al pueblo de Dios.

El pueblo de Dios somos todos, más allá de raza, religión y cualquier categorización.

Lamentablemente con estas palabras solo me confirmo a mí mismo, que la dirigencia religiosa no cambiará, y que ello llevará a la temida y profetizada finalización de la iglesia. El réquiem para la iglesia sonará, tarde o temprano, pero será más temprano que tarde con esas actitudes.

Dios no requiere de iglesias, ni de religiones, solo requieren del amor de unos hacia otros, requiere de momentos de luz en el corazón, de bondad y gratitud.

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