Como olvidarte si no existes, como no amarte, en la nada de una voz efímera, de un rostro soñado y dibujado mil veces con el pincel de mi pasión, en el lienzo de las ilusiones vanas, pero de sentimientos certeros.
Dibuje el contorno de tu ser, desde la profundidad infinita de mi ser, tallando despacio y sin prisa, cada detalle de ti, para que seas como lo que siempre soñé, solamente tú.
Como alfarero aprisione el contorno de tu ser, deleitándome en la creación, de una niña que nació como pétalo sin flor, sin color de fábrica, sin labios de mujer, sin tallas y sin curvas, sin piel y sin pasado, con un sueño nada más, amarte sin cesar.
Largas madrugadas, soñándote nada más, imaginando mil seres, un solo corazón; no te imagine más linda de lo que puedes ser, solo te soñé viendo esos labios pronunciar al menos una vez mi nombre con pasión.
Me senté mil veces a escuchar la música que salía de tu voz, a aprisionarla y amarla sin razón, a dejar mil cosas atrás, e imaginarte desde dentro, sin exterior, a figurar en mi mente tu alma y corazón, nunca imagine tu rostro, y siempre lo soñé, siempre sin molde, siempre sin cuerpo, solo con tu ser, dibujado despacio y sin prisas a esa niña que me enamoró.
Quise abrir las puertas de la oscuridad, esa donde fría y sin pasión, masticas muérdago y hiel, y quería que me escucharas, pues solo hablaba a tu corazón, nunca me importo tu forma, tu rostro, tu figura, tu candidez o la lujuria y éxtasis o el ardor que produjeras a mi ser.
Quise amarte y lo logré, quise soñarte y te soñé, quise verte y te perdí, como entonces pedirte que regreses si nunca exististe, como saciar, mi princesa, mi sed de ti, sin a la Rosa de los Vientos no sé que pedir; como olvidar tu canción, sin tu música y sin un cantor.
Como, ahora, saber que existes, sin el murmullo de tu voz, como dejar de ser, si te llevaste de mí, la ilusión, la pasión, la razón y hasta la manilla del tiempo y el espacio; si te metiste entre el cielo y la mar, y no puedo dejarte ir, y pensar que nunca te tuve, como desaparecerte si nunca estuviste.
Como olvidar lo que tengo de ti, sino tengo nada, como maldecirte, sin en la nada te amo, como pedirte, si nunca me diste, como decirte adiós si algo dentro de mí llora diciéndote adiós. Como te encontraré si no quieres que te encuentre.
Como pedir un deseo, como desear en el vacío que dejaste en el espacio donde no existía nada, un tiempo para mí; no sé si eres ajena, solo sé que quiero correr en círculos y buscarte allí, para no encontrarte y respetar tu deseo de no ser encontrada.
Moro
Dibuje el contorno de tu ser, desde la profundidad infinita de mi ser, tallando despacio y sin prisa, cada detalle de ti, para que seas como lo que siempre soñé, solamente tú.
Como alfarero aprisione el contorno de tu ser, deleitándome en la creación, de una niña que nació como pétalo sin flor, sin color de fábrica, sin labios de mujer, sin tallas y sin curvas, sin piel y sin pasado, con un sueño nada más, amarte sin cesar.
Largas madrugadas, soñándote nada más, imaginando mil seres, un solo corazón; no te imagine más linda de lo que puedes ser, solo te soñé viendo esos labios pronunciar al menos una vez mi nombre con pasión.
Me senté mil veces a escuchar la música que salía de tu voz, a aprisionarla y amarla sin razón, a dejar mil cosas atrás, e imaginarte desde dentro, sin exterior, a figurar en mi mente tu alma y corazón, nunca imagine tu rostro, y siempre lo soñé, siempre sin molde, siempre sin cuerpo, solo con tu ser, dibujado despacio y sin prisas a esa niña que me enamoró.
Quise abrir las puertas de la oscuridad, esa donde fría y sin pasión, masticas muérdago y hiel, y quería que me escucharas, pues solo hablaba a tu corazón, nunca me importo tu forma, tu rostro, tu figura, tu candidez o la lujuria y éxtasis o el ardor que produjeras a mi ser.
Quise amarte y lo logré, quise soñarte y te soñé, quise verte y te perdí, como entonces pedirte que regreses si nunca exististe, como saciar, mi princesa, mi sed de ti, sin a la Rosa de los Vientos no sé que pedir; como olvidar tu canción, sin tu música y sin un cantor.
Como, ahora, saber que existes, sin el murmullo de tu voz, como dejar de ser, si te llevaste de mí, la ilusión, la pasión, la razón y hasta la manilla del tiempo y el espacio; si te metiste entre el cielo y la mar, y no puedo dejarte ir, y pensar que nunca te tuve, como desaparecerte si nunca estuviste.
Como olvidar lo que tengo de ti, sino tengo nada, como maldecirte, sin en la nada te amo, como pedirte, si nunca me diste, como decirte adiós si algo dentro de mí llora diciéndote adiós. Como te encontraré si no quieres que te encuentre.
Como pedir un deseo, como desear en el vacío que dejaste en el espacio donde no existía nada, un tiempo para mí; no sé si eres ajena, solo sé que quiero correr en círculos y buscarte allí, para no encontrarte y respetar tu deseo de no ser encontrada.
Moro
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